jueves, 17 de febrero de 2011

GRACIAS SEÑOR PEDIATRA


Ya estoy como nueva, Purrusaldo sigue renqueando con mocos a tutiplén y el termómetro no baja, pero si no fuera por eso no me lo creería, tiene energía para dar y tomar, no para, así que como dice mi pediatra mientras esté contento no es importante. 
Tras haber pasado por el mismo proceso varias veces, es decir, ir toda preocupada con Purrusaldo al pediatra, después de 4 días con fiebre alta y mocos. Esperar sentada en la sala de espera  por una o dos horas.
Entrar en la consulta y la frase:"anímicamente está estupendo, no le pasa nada, son virus", y todo esto con cara de "ya viene otra madre primeriza". Y para más inri, salir de allí sintiéndome una madre "histérica", algo que me reconcome por dentro, porque calmada soy un rato y por gracia o desgracia tengo aprensión a esa rama de personas que se alteran por nada.(Debe ser algo de la infancia). 
Como iba diciendo, el caso es que ahora mientras el pequeñarro esté "anímicamente estupendo" ni me paro a pensar en llevarlo al pediatra y la verdad que funciona, el virus pasa, él se pone como una moto y todos tan contentos, así que gracias a mi pediatra porque me hace la vida más fácil, hasta me dice que puedo sacarlo a la calle aunque tenga fiebre, lo que me hace más feliz si cabe.

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